Caracola porque la vida gira y gira y si fluyes con ella se vuelve un juego.
Caracola porque si te acercas a ella escuchas aquello que resuena en tu corazón: un llanto, un susurro, una risa, una nana, un mar de mapa…
Caracola porque el ciclo de la vida dibuja una espiral por donde todas las personas pasamos, nos cruzamos, nos perdemos, nos esperamos, nos amamos, nos separamos…
Caracola porque es la mamá del caracol, el que va despacito por la vida, a su ritmo, escribiendo su historia.
Caracola porque envuelve y acoge silenciosa el sonido de un viento pasado, para ayudarnos a apreciar el sonido del presente.