Quiénes somos…

María Gómez

María Gómez

Educadora Social especializada en Familia y Prevención

De pequeña quería ser mayor. Solía jugar a ser profesora y tendera. Mi actividad preferida era envolver y cuidar tesoros, crear refugios y leer. Crecí y seguí haciendo lo mismo en el mundo adulto. Desde los 20 años he desarrollado mi profesión coordinando, diseñando e implementando proyectos relacionados con la Infancia y el Bienestar Social. Muy pronto tuve clara mi misión; contribuir en la construcción de un mundo en paz en contacto con los niños y las niñas del presente. Mis acciones han estado enfocadas en esa dirección, es el hilo conductor de mi existencia.

Tras más de diez años trabajando en Akántaros, mi primer emprendimiento profesional, la vida me paró y me senté en “flor de Loto” durante dos años, mientras gestaba y daba después a luz a mi primera hija Alma. Yo la di a luz a ella y ella me dio la luz a mí en nuestro primer contacto. Conecté con lo esencial de la vida. Tras su nacimiento, toda la búsqueda intuitiva e intelectual de modelos respetuosos y creativos para acercarse al niño se concretó en la construcción de un sueño; La Caracola. Junto con Eva Roibás y con mucho amor, amigos y una fuerza cósmica que nos acompañaba en todo momento, veíamos los primeros pasos de nuestro proyecto y crecíamos en este maravilloso espacio de juego libre y atención a familias en búsqueda de una manera de respetar y comprender a sus hijos e hijas.

Me he formado en “Promoción de la Salud y Prevención Infantil” con Yolanda González Vara, soy miembro de APPSI (Asociación para la Prevención y la Promoción de la Salud Infantil) también en Asesoramiento Familiar, Educación Activa y Crianza Respetuosa; Masaje Infantil con AEMI, Asesora de Lactancia con Rosa Sorribás, Seminarios Montessori con Montessori Canela, enfoque Pikler con Tatiana Boal, Constelaciones Familiares, Mindfulness con enfoque Gestalt con Ignacio Martín y otros. Y sigo aprendiendo cada día con mis grandes maestros de vida, mis hijos.

Eva Roibás

Eva Roibás

Maestra de Educación Musical

Siempre había creído que el propósito de la vida era descubrir el don, hallar el camino hacia la realización, la sintonía, la felicidad, encontrar la manera en que cada uno podía contribuir a hacer de este mundo un lugar mejor. Intuyendo que el mío tenía relación con la infancia y el arte, estudié magisterio, especializándome en educación musical, también me formé como técnico de sonido e hice distintos cursos relacionados con la grabación y edición de audio y con la formación musical, guitarra, canto y flauta travesera…, Durante 15 años di tumbos por los oficios más dispares, con una constante sensación de estar remando en contra del viento. Hasta que fui madre. El nacimiento de mi hija Maya trajo a mi vida infinitas preguntas, pero también respuestas fundamentales a cuestiones vitales que hasta aquel momento no había conseguido descifrar. Comprendí el sentido mismo de la vida, el para qué, desmonté todo mi orden de prioridades y di un nuevo significado a palabras como Cuidado, Respeto o Amor. Confirmé lo que ya creía acerca de la importancia de una crianza respetuosa y la necesidad de una educación profundamente distinta. Y también descubrí mi don. A pesar de la inexperiencia, de una forma instintiva fluía con mi maternidad, por primera vez en mi vida no sentía temor y mi sensibilidad era un valor y no una dificultad. Comprendí que tenía una facilidad especial para conectar, empatizar y comprender las emociones infantiles y que en pocos ámbitos era más urgente y necesaria una mirada sensible como en la educación. Priorizando la crianza disfruté unos años trabajando de técnico de sonido junto a Javier Mejías, maestro y después socio en varios proyectos y posteriormente trabajé como educadora en el Centro de Recursos para la Infancia de Rivas que coordinaba María Gómez. Entre nosotras surgió una profunda amistad y también nacieron algunos proyectos ilusionantes y divertidos que culminaron, un tiempo después, con la creación del Proyecto La Caracola. La llegada de mi hijo Gael fue clave para reafirmarme en el pensamiento de que hay que proteger el nacimiento, crecimiento y desarrollo de los niños, dejándoles SER.
Beatriz S. Garzón

Beatriz S. Garzón

Psicomotricista Relacional y Terapéutica

Desde siempre he sentido la necesidad de trabajar con los niños, tal vez para contagiarme de su energía, espontaneidad y vitalidad o para no olvidarme nunca de la sensación que produce descubrir el mundo por primera vez. Al principio pensé en los más desfavorecidos, por eso empecé estudiando Trabajo Social, pero poco a poco la vida me ha ido colocando en distintos lugares, comenzando así mi formación en Psicomotricidad Terapéutica, Masaje Infantil y Metamórfico, y formación en Reflejos Primitivos por el Dr. Harald Blomberg.
He trabajado como psicomotricista en diversos centros y escuelas infantiles, como facilitadora en escuela de padres y talleres vivenciales y tuve la suerte de colaborar con un proyecto de psicomotricidad en orfanatos y casas de acogida de Etiopía, donde pude descubrir en profundidad la importancia de los vínculos afectivos para tener un desarrollo tanto físico como emocional basado en el equilibrio y el bienestar personal. Y después nacieron mis dos hijas, y la maternidad me dio la oportunidad de redescubrirme en esa nueva faceta de ser madre, y me dio el valor suficiente para iniciar una búsqueda más saludable de acompañar su infancia. Así llegó La Caracola a nuestras vidas, un lugar donde hemos crecido como familia y como profesional.
Mª Carmen Sánchez

Mª Carmen Sánchez

Psicóloga y Psicomotricista Relacional

Siempre quise ser Psicóloga. Estudié en la Universidad Complutense. Me especialicé en Psicología Educativa. Al acabar, abrí un gabinete psicológico pero sintiendo que me faltaba algo, llegué a Psicopraxis donde hice el Máster en Psicomotricidad, el Experto en Terapia Psicomotriz y me formé como educadora de Masaje Infantil. Esto supuso un antes y un después a nivel profesional y personal. Empecé a cuestionarme lo que había aprendido y vivido hasta entonces. Y descubrí al niño. Intuía que me faltaba la esencia y allí empecé a vislumbrarla. Luego estuve trabajando como psicóloga en colegios, en centros de certificados psicotécnicos y dando clases particulares. Nació mi primer hijo y me hizo volver a conectar con lo importante. Comencé a ofrecer charlas y talleres para padres y educadores en escuelas infantiles y otros espacios. Descubrí el Masaje Metamórfico, los Reflejos Primitivos y las Matemáticas Manipulativas. Nació mi hija y empecé a trabajar como psicomotricista relacional. Volví a Psicopraxis a hacer el máster en Prevención Psicomotriz en la etapa Prenatal y Primera Infancia y supe qué quería. Desde entonces no he dejado de estar en sala de Psicomotricidad con niños y familias y haciendo talleres. Estar en Caracola supone profundizar en el conocimiento de niños y adultos, de las necesidades de la infancia, sus alegrías y dificultades, pero sobre todo es un lugar donde sentirnos y descubrirnos a nosotras mismas.
Irene García

Irene García

Educadora Infantil especializada en Prevención.

Inicialmente desarrollé mi carrera profesional, durante 15 años, en el mundo del medio ambiente, principalmente. Hace siete años nació mi único hijo. En un momento determinado de mi carrera profesional y tras verme desbordada, en varias ocasiones, por la imposibilidad de conciliar la vida profesional y la vida familiar de una manera satisfactoria y plena para mí y para mi hijo, tuve la oportunidad de experimentar un proceso de desarrollo personal que me llevó a un mejor conocimiento de mi misma, de mi realidad y de mis objetivos en la vida. Así decidí estudiar Educación Infantil y en paralelo inicié el Máster en Prevención y Promoción de la Salud Infantil impartido por Yolanda González, autora de los libros “Amar sin miedo a malcriar” y “Educar sin miedo a escuchar”. Como consecuencia de ambos procesos formativos que empecé hace año y medio, entré en contacto con La Caracola, espacio en el que he realizado las prácticas del Ciclo Formativo de Educación Infantil y donde he podido observar y vivenciar cada concepto aprendido en el máster sobre el desarrollo de la infancia, a través de los niños y niñas que cada día dan vida a este lugar,
Actualmente las prácticas de Educación Infantil están próximas a su fin y la sesión que me da acceso al título del Máster se celebró el pasado mes de febrero, sin embargo, enamorada del proyecto, de las acompañantes, de los caracoles y caracolas y de la manera en la que se entiende y respeta la infancia en La Caracola, seguiré aquí durante un tiempo y luego … el cosmos dirá.

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